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¿Cuán malo es no diezmar? Y, ¿está mal probar a Dios con el diezmo?


Diezmar es una disciplina que Dios instituyó con varios propósitos: El primero era cubrir los gastos administrativos para garantizar la adoración y educación en su pueblo. De esta manera, los sacerdotes se ocupaban de sus tareas espirituales, y los gastos del templo eran cómodamente cubiertos con el 10% de lo que producía el resto del pueblo. Segundo, es •evidente que Dios quería enseñar al pueblo a ser generosos, sobre todo con los que menos tenían, y recordarles que todo lo que tenían era provisión de Él. Y tercero, una de las cosas que menos se mencionan al respecto, el diezmo sirve para que nuestro corazón nunca esté centrado en lo que recibimos, sino en el Dador. Dios es el creador de todo lo que existe. Él es el dueño de todo. Todo lo que tenemos y todo lo que recibimos viene de Dios. Y la Biblia dice: «Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.» (Mateo 6.21)

Siempre que puedo enseño que hay 3 clases de sistemas económicos. Por un lado está el capitalismo, que dice que todo es del propietario. Por otro lado está el comunismo, que dice que todo es de todos (aunque tiene que haber un administrador que termina siendo el Estado). Y tercero está el cristianismo, que dice que todo es de Cristo.

Algunos sostienen que el diezmo era sólo para los tiempos del Antiguo Testamento, pero el mismo Jesús reivindicó el diezmo, diciendo: «¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello» (Mateo 23.23)

Por todo esto, déjame decirte que si no diezmas te estas perdiendo una gran disciplina que te va a ayudar a crecer en tu interior, y te estas perdiendo de bendecir a otros al no compartir lo que Dios te ha dado con la iglesia de Cristo y ayudar a cubrir los gastos naturales que cualquier congregación tiene.

Ahora déjame compartirte algunas idas simples sobre el diezmo que es bueno que todos tengamos claras. Por empezar, diezmo no es lo mismo que ofrenda. El diezmo es un compromiso. Las ofrendas son voluntarias. El diezmo es el 10% de todas nuestras ganancias. Las ofrendas pueden ser de cualquier monto que el Espíritu nos muestre. El diezmo se pone en la iglesia. Las ofrendas podemos ponerlas en la iglesia o en un ministerio o persona en especial.

Por otra parte, no es correcto gastar y gastar todo el mes y después poner el diezmo «si sobra algo». Así nunca va a sobrar nada. El diezmo hay que separarlo ni bien cobramos, primero que todo. Financieramente es imposible de explicar o de comprender, pero cuando diezmamos Dios interviene a favor de nuestra economía, y rinden más 900 con la bendición de Dios que 1000 en desobediencia.

Finalmente, el diezmo nos presenta un desafío interesante. Lee lo que Dios promete: «Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto—dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.» (Malaquías 3.10)

En otras partes de la Biblia, Dios nos pide que confiemos en Él, pero esta es la única vez en toooooda la Biblia donde el Señor nos reta a que lo pongamos a prueba. ¿Y leíste como sigue el versículo? El Señor promete que si le damos el diezmo, no sólo nunca nos faltará nada, sino que nos va a sobreabundar. Es decir, ¡nos va a abundar tanto que incluso nos va a sobrar! Así que, ¡anímate a probarlo! Sólo permite que Él sea el Señor de todo lo que te da, y que el diezmo o la ofrenda no sean una extorsión para que te dé lo que tú crees que es mejor, sino lo que Él quiera darte.




Tomado del libro 101 preguntas difíciles, 101 respuestas directas de Lucas Leys

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